Los expertos coinciden en que a la hora de comprar vivienda, lo más conveniente es tener ahorrado alrededor de un 35 % del valor que tendrá. De este modo, si la vivienda que adquirimos cuesta 150.000 euros, lo deseable es que el importe ahorrado alcance los 22.500 euros. El porcentaje del ahorro es superior al 20 % del valor de la vivienda, de modo que seríamos capaces de aportar el 80 % de los que seguramente nos conceda el banco para la hipoteca y todavía tendríamos una porción de dinero para emplear en los gastos de la compraventa. Pero esto no será suficiente: hay otros gastos a salvar.
Además del dinero correspondiente al valor de la vivienda, hay que hacer frente a otros gastos importantes. En el caso de las viviendas de obra nueva, hay que pagar el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) que se calcula sobre el 10 % del valor de compra. Siguiendo con el ejemplo de la vivienda que cuesta 150.000 euros, estaríamos ante un gasto de 15.000 euros. Si la vivienda está situada en Canarias, se pagar el Impuesto General Indirecto Canario, que asciende al 6,5 %, esto es, 9.750 euros. Si la vivienda es nueva pero es una VPO (Vivienda de Protección Oficial), el impuesto alcanzaría el 4 %, de modo que habría que pagar 6.000 euros de IVA.
En el caso de las viviendas de segunda mano, hay que tener ahorros para pagar el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales (cuya cuantía depende de la comunidad autónoma, peor suele estar entre un 6 % y un 10 % del precio de venta), el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) del año (que debe pagarse al vendedor), la Plusvalía Municipal y el coste registral de la inscripción de la compraventa. Por tanto, convendría contar con unos 9.000 euros adicionales para hacer frente a los gastos de la propia operación.
Por otro lado, tanto en vivienda nueva como de segunda mano, aunque en muchos casos es el banco el que lo financia, también hay que pagar los gastos de notaría (un 50 %, como máximo, a repartir con el banco), la escritura, la tasación y las comisiones de apertura. No obstante, hay que subrayar que algunas entidades asumen estos gastos.
Es muy común tener en cuenta el precio de la vivienda a la hora de hacer frente a una compraventa, sin considerar que hay una serie de gastos que conviene asumir. Así pues, además de la entrada, hay que tener en cuenta los impuestos y los gastos de notaría y registros. Por otro lado, también es fundamental que tengamos en cuenta que a partir de la firma de la hipoteca, contemplemos que habrá que asumir el pago de las cuotas mensuales, así como de otros gastos como son la cuota de la comunidad de propietarios, las posibles derramas y todas aquellas obras, reformas y adaptaciones que queramos llevar a cabo en la vivienda.
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