El 50% de los motivos por los cuales los propietarios de viviendas las venden en lugar de alquilarlas son problemáticas derivadas del arrendamiento. El posible deterioro de la vivienda, sufrir inconvenientes a la hora de recibir el pago de la renta, las malas experiencias pasadas con inquilinos pasados o el alto riesgo, que consideran que supone arrendar el inmueble, son 5 de las 10 razones por las cuales los vendedores se decantan por deshacerse de la vivienda en vez de ponerla en el mercado de la renta. Esta es una de las principales conclusiones del informe "Experiencia en compraventa en 2022" realizado por Fotocasa Research en el que se analiza la propiedad tanto entre compradores como entre los vendedores.
"La inseguridad jurídica del mercado del alquiler crea en los vendedores preocupaciones muy notables que contribuyen a que desechen la idea de arrendar la vivienda. Esta situación provoca que la escasa oferta privada del mercado se contraiga y que las dificultades de acceso se acentúen cada vez más. Por ello, las medidas incentivadoras y estimulantes a través de bonificaciones fiscales y de ofrecer seguridad al propietario de la vivienda, podría contribuir a la ampliación del parque de alquiler en vuestro país, en un momento, en el que la contracción de la oferta está siendo muy brusca y pronunciada", comenta María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.
Para los potenciales vendedores, la necesidad de desprenderse de esa vivienda por motivos personales es la razón principal de su decisión. Es el caso del 36 %, un porcentaje que ha subido respecto a 2021, cuando era del 34 %. Sin embargo, aún está lejos de la cifra de 2020, año en el que alcanzaba el 40 % de los que vendían (o intentaban vender). A continuación, se sitúan los que han vendido o intentado vender una vivienda durante el último año porque querían comprarse otra casa, que son el 31%. Un porcentaje, sin embargo, significativamente más bajo que el año anterior, cuando alcanzaba el 35 %.
No es este el único parámetro que ha experimentado modificaciones en relación con el año 2021. Aumenta el protagonismo de quienes venden porque no quieren lidiar con inquilinos que les estropeen la vivienda (del 19 % de 2021 al 22 % actual) o los que han sufrido malas experiencias anteriores (del 10 % al 12 %). La percepción de que no existen beneficios fiscales suficientes que puedan compensar los riesgos se incrementa un punto porcentual en el último año, pasando del 10% al 11%. Y los que no quieren tener problemas con el pago del alquiler pasan del 18% al 16%.